Competencias Emocionales en Situaciones de Crisis
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Competencias Emocionales en Situaciones de Crisis
A lo largo de la vida se
presentan algunas situaciones de crisis que forman parte del viaje
vital que todos, en algún momento deberemos enfrentar.
Frecuentemente, a muchas personas les es difícil identificar y
manejar las emociones o sentimientos en sus experiencias.
Una de las situaciones o
cambios que se presentan en la vida provienen de algún problema de
salud mental o física, fisiológica o del esquema corporal, que
pueden generar sentimientos de pérdida, frustración, baja
autoestima, depresión, dificultades para establecer relaciones
interpersonales y de adaptación e integración en el entorno; por
ejemplo, cambios en la integridad corporal debido a accidentes,
mutilaciones, deformidades, deterioro y degeneración, intervenciones
que afectan a la imagen de la persona; las cuales puede llevar a
afectar su autonomía personal, producir cierto nivel de dependencia
y a tomar conciencia de su limitación o discapacidad.
En este sentido, las
personas con discapacidad frecuentemente tienen problemas para
integrarse a su entorno. Según Zavala, Valdez & Vargas (2008) la
inteligencia emocional es un constructo que agrupa habilidades
sociales y habilidades emocionales, y una vez que la persona las
integra, constituye el soporte fundamental para el abordaje de los
procesos de socialización y realización personal.
La
inteligencia emocional es una herramienta que nos ayuda a
fortalecer nuestras competencias emocionales, a gestionar nuestras
emociones y desanudar los sentimientos.
Además, ayudan a tener un
mejor éxito profesional, a la adaptabilidad personal y social, así
como a la salud mental. Las habilidades emocionales son básicas para
el desarrollo de otras aptitudes (como las sociales) y para el
establecimiento de las relaciones interpersonales adecuadas. Según
Conangla (2005), las principales competencias emocionales son las
siguientes:
1.- Autoconocimiento: Es el conocer nuestras emociones; es decir, saber qué sentimos y darle nombre. Conocer nuestro potencial, cuáles son nuestros valores y creencias, qué aptitudes y actitudes ponemos en juego.
La conciencia de las propias
emociones es la competencia emocional fundamental, ya que a partir de
allí se construyen todas las demás y vincula los siguientes
aspectos:
- El conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, nuestras limitaciones y creencia en nuestra capacidad para mejorar.
- La conciencia emocional es fundamental, ya que nos permite el conocimiento de lo que uno siente y la habilidad para captar los diferentes matices del sentir.
- La confianza en uno mismo: seguridad en nuestra capacidad y valor.
- Finalmente, el reconocimiento de los afectos y de los efectos que producen en nosotros mismos.
Para poder canalizar nuestras
emociones es importante aprender a identificar y a nominar a las
mismas, ya que si no tenemos palabras para dar nombre a nuestras
emociones será difícil que podamos llegar a manejarlas. Por
ello, debemos comenzar a trabajar en el incremento de nuestro
vocabulario emocional.
Finalmente, es preciso aprender a escuchar nuestros sentimientos y aprender a identificarlos, ya que nos ofrecen información de la situación en que nos encontramos, nos indican la relación entre nuestros proyectos y la realidad, establecen la base para la formación de nuestra escala de valores, indican lo que es adaptativo o no para nosotros y a su vez que nos perjudica y nos dan pistas sobre el camino adecuado a seguir.
Finalmente, es preciso aprender a escuchar nuestros sentimientos y aprender a identificarlos, ya que nos ofrecen información de la situación en que nos encontramos, nos indican la relación entre nuestros proyectos y la realidad, establecen la base para la formación de nuestra escala de valores, indican lo que es adaptativo o no para nosotros y a su vez que nos perjudica y nos dan pistas sobre el camino adecuado a seguir.
2.- Autocontrol:
A partir del propio conocimiento podemos lograr un adecuado
autocontrol emocional, reconociendo qué sentimos y expresándolo a
la persona adecuada, en el momento oportuno, de la forma apropiada y
con la intención justa.
Tener el autocontrol no es reprimir, es aprender a autorregular las emociones. La misma consiste en el control de los estados, impulsos y recursos internos propios. Tener capacidad de gestionar la ansiedad, capacidad para aplazar las recompensas y para canalizar de forma adaptativa las emociones y sentimientos.
Algunas estrategias para
trabajar el autocontrol emocional son:
- Detenerse y anticiparse a las situaciones, evitando la posibilidad del desborde emocional y aplicar alguna estrategia para evitarlo, como por ejemplo: hacer una respiración profunda.
- Intentar distanciarse de la situación, verlo desde otra perspectiva, situarse en una posición más alejada y objetiva; es decir, como observador.
- Identificar nuestro estado emocional en el aquí y en el ahora, dándole nombre a lo que sentimos, desanudando cada una de las emociones y sentimientos.
- Aplicar tiempo fuera; es decir, salir momentáneamente del entorno del conflicto y desviar la energía negativa hacia una actividad productiva y positiva.
- Transformar hechos y experiencias negativas en positivas, por ejemplo: ¿Qué aprendizaje me dejó está experiencia?
- Autorregular las emociones reprogramando los pensamientos negativos en positivos, por ejemplo: Encontraré la estrategia para obtener buenos resultados
3.- Automotivación:
Incluye la capacidad de mantener el ánimo, la perseverancia y el
optimismo frente a la adversidad; es decir, el motivo para la acción.
Buscar aprender a encontrar estos motivos dentro de nosotros mismos.
En nuestro interior existen tendencias emocionales que guían o
facilitan la consecución de las metas.
4.- Empatía
(Reconocimiento de las emociones ajenas): Se refiere a la
capacidad de sintonía emocional que establecemos con los otros, una
de las estrategias más importante es la capacidad de percibir los
sentimientos de los demás por medio del lenguaje no verbal, ya que
involucra el 70% de lo que se expresa en un mensaje.
5.- Habilidades de
relación: Estas habilidades requieren poner en práctica todas
las competencias emocionales mencionadas anteriormente, ya que
permiten dar forma a un encuentro social asertivo y ameno.
Lcda. Aniuska Dávila. Psicóloga, Practitioner en Programación
Neurolingüística, Diplomado en Psicodiagnóstico, Especialista en Dinámica de
Grupos.
F.P.V. 5442
Referencia Bibliográfica:
Conangla, M. (2005) Crisis
Emocionales: La inteligencia emocional aplicada a situaciones límite.
Editorial Amat, S. L. Barcelona
Zavala, M.A., Valdez, Ma.D. &
Vargas, ma.c. (2008). Inteligencia emocional y habilidades sociales
en adolescentes con alta aceptación social. Electronic Journal of
Eduational Psychology, 15, 6 (2), 319-338.
Enlaces:
2 comentarios
Esta información es sumamente importante, esta vinculada con el reconocimiento de nuestras propias fortalezas y debilidades. También el como nos relacionamos con los demás. Desde nuestro ámbito de trabajo o labor pedagógica, resulta una herramienta indispensable. Apoyamos la difusión de este tema.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Si, es así!!
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